Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 13 de mayo de 2016

"Puedes besar a mi ex" 2o. Parte


Viernes de Relatos

Viernes por la noche. Estoy esperando a que llame. Ya pasan de las diez. Aunque es tarde, él sabe que no me molesta que llame a esta hora. Él es de los de confianza que tienen permiso de despertarme a las dos de la mañana marcando a mi celular. Eso no ha cambiado en lo absoluto.

Sin embargo, es raro que no haya llamado aún. Sabemos que ambos salimos a bailar, cenar o lo que sea en este día, así que por lo general nos comunicamos antes de las ocho para contarnos el plan que tenemos y desearnos una buena noche de diversión y tal vez darnos uno que otro consejo para ligar. Claro, esto dejo de ser parte de la charla hace semanas, porque él ya no requiere de mis consejos en este tema... ¡y ni así se le ocurre que puedo estar sospechando que está con otra!

Al fin suena el teléfono.

- ¡Hola, Elena! - me saluda entusiasta.

- Hola, Pablo, qué tal tu día. ¿Qué hay de nuevo? - pregunto sabiendo la respuesta, pero no dice nada.

Básicamente me cuenta sobre su semana. El trabajo, lo mismo de siempre, un jefe fastidioso que no deja de buscar errores en todo lo que hace. Su familia, todos bien de salud y planeando las vacaciones de verano. Sus amigos, mismas ocurrencias, mismas locuras, mismos líos. ¿Y él....?

- Tranquilo todo, muy tranquilo - esa es su respuesta. Está dispuesto a evadir la noticia. - Cuéntame de ti.

Yo le cuento lo mío, pero no tan mío. Esas ideas que se sacan en momentos en que necesitas hablar de ti pero sin abordar tu vida realmente personal. He contado sobre mis aburridos días en el trabajo, lo divertido que es estar con mis amigas y... me detengo. No hay más qué decir.

- ¿Saldrás esta noche? - me pregunta.

- No. Esta noche no.

Estoy demasiado cansada para salir y no estoy de humor para la probable entrevista social a la "ex" sobre su opinión del futuro matrimonio.

- Yo sí saldré.

Obvio. ¿Por qué no iba a hacerlo? Seguramente irá a festejar el compromiso. Contará cien veces cómo armó el plan para pedirle matrimonio. Repetirá incansable el discurso que corrigió y repensó para declararle su amor. Ella, quien apuesto estará ahí tomando su mano, endulzará su sonrisa cada que le pregunten: ¿Y lo sospechaste o fue sorpresa? Y tontamente conmovida por la emoción y el nerviosismo de la propuesta, dirá entre risitas, que jamás imaginó que se avecinara. Mostrará su dedo y le besará a él en los labios.

Pues bien, si para eso sale esta noche, que vaya y se divierta. Yo pretendo esta noche desconectarme del mundo para amanecer repuesta de esta turbulencia.

- ¡Pues pásala bien! Diviértete... - y que me atrevo a decir una impertinencia - recuerda poner en práctica tus mejores tácticas. Igual y estás de suerte esta noche y pescas a alguien.

Hay silencio al otro lado de la línea. Expectante, no me atrevo a ser yo quien vuelva a hablar.

- De hecho, Elena - dice en tono serio y muy formal - sé que no está en nuestro acuerdo vernos, pero ¿podríamos hacer una excepción y tomarnos un café para hablar?

Impertérrita y con la sangre helada, trago saliva. Sé perfectamente de qué va.




**No te pierdas la continuación en el próximo ¡¡Viernes de Relatos!!



martes, 10 de mayo de 2016

Día de las Madres


A propósito de este día en el que celebramos el Día de las Madres, he escuchado a un Padre explicar algo que me había dado vueltas muchas veces en la cabeza.

Les cuento...

Han escuchado esta frase que dice que si te quedas sin padres, eres huérfano; que si te quedas sin esposo, eres viuda; pero que si te quedas sin hijos... ¿qué eres?

El Padre ha dicho que la maternidad es para siempre. Y creo que esto contesta la pregunta, pues ha de ser que esto de ser madre es tan importante y profundo, que aún cuando el hijo ya no está, se sigue siendo mamá.

Supongo que esto, difícil o fácil de comprender, se lo ganan por el amor incondicional que experimentan. Por esas ganas de derrocharse en sus hijos pese a sus propias imperfecciones. Siempre están dando todo, aun cuando sea poco lo que tienen, pero que en términos de amor, poseen dosis ilimitadas.

Ser mamá dicen que es un don. Y lo es también ser hijo e hija. Somos un don para alguien. De eso deberíamos ser agradecidos, porque sospecho que muy poquito nos percatamos de lo grandes que somos a los ojos de nuestras mamás, que darían la vida sin chistar por ti y por mí.

En este día no tengo más que felicitar a las mujeres que son mamás por dar vida y por cuidarla. Que siempre tienen a sus hijos en su corazón, estén o no, físicamente con ellas.


¡Feliz Día de las Madres!



viernes, 6 de mayo de 2016

"Puedes besar a mi ex" 1o. Parte


Viernes de Relatos


- Se casa

- ¿Se casa? - pregunté en un grito aterrador.

Está bien. No tendría por qué estresarme. Mi novio... perdón, exnovio se casará dentro de 8 meses. Algo apresurado para mi gusto. Apenas han salido durante tres meses. ¿En tres meses puedes conocer a alguien lo suficiente como para casarte? Le tomó 10 años conocerme para percatarse de que yo no era la mujer de su vida. ¿Por qué con ella tiene que ser diferente? Tiene que estar equivocado.

- ¿Te ha movido el tapete, cierto?

- ¿Mande?

- Sí, te has puesto celosa, aún tienes sentimientos por él.

- Imposible. Cortamos hace un año. Es claro que ya lo he olvidado...

- Y él a ti - agregó sarcásticamente mi mejor amiga. ¿De verdad busca hacerme enojar? Lo está logrando.

La historia es esta. Mi exnovio Pablo se ha comprometido con su actual novia. Justo la mujer que me ha seguido en turno a mí. No me he enterado porque se haya dispuesto notificarme, sino que la noticia se ha divulgado como ahora se hace: rápido y sin preámbulos subiendo una foto en Facebook. En este momento ya cuenta con "230 likes", de amigos de él y de amigos de ella. La foto muestra su mano con un anillo y un diminuto diamante decorándolo.

- Y se ha lucido con ese anillo, ¡mira qué piedra tan grande! - admira honestamente mi amiga, pero no importa, a mis ojos es minúsculo e imperceptible. La envidio tanto...

Se conocieron en un bar. ¿Quién conoce gente decente en un bar? ¡Nadie! Todos sabemos que los encuentros casuales que ahí ocurren sólo tienen un propósito y no es precisamente el de formalizar, ¿cierto? Pues ellos encontraron el amor, por lo visto. Y de un par de salidas se convencieron de que la mejor decisión a tomar es casarse.

No es que yo les siga la pista al dedillo. Sin embargo, debo confesar que en nuestra despedida no nos despedimos del todo. Nos mantuvimos en contacto. Después de 10 años de reportarnos en una llamada el día entero cada noche, era difícil dejar la costumbre. Lo cierto es que esas inocentes llamadas me permitían mantenerlo en mi vida, pero no con una doble intención de preservar esperanzas. Verdaderamente tenía la intención de ser su amiga y él mi amigo, pero con una condición: no contarnos si salíamos con alguien más.

Así que bajo ese acuerdo, el supuesto indica que yo no estoy enterada de esta publicación en su muro. Porque para evitar las tentaciones, lo bloqueé de mi lista de amigos y él me bloqueó de la suya. La información que sabríamos del otro, sería la que nosotros eligiéramos contar. Esto hizo bastante digerible la separación y gradualmente nos acostumbramos a estar sin estar.

- Reconócelo, estás celosa. - me sentencia mi amiga.

- ¡Qué no...! Él puede hacer su vida con otra... - aclaro, aunque se me dificulta mantener mi postura. Es ahora cuando recuerdo que yo también estuve saliendo con otros. No uno, no dos, no tres... "varios". Así que puedo salir airosa de este amargo acontecimiento.

- Le escribiré en su muro y lo felicitaré - dice ella - ¿Tú lo felicitarás?

- No puedo, no tengo acceso a su página de Facebook, ¿recuerdas?

- Es verdad. Entonces, ¿podemos decir que se supone que no lo sabes? - y se le encienden los ojos con ganas de anticipar mi tortura - ¿Crees que te lo diga por teléfono? Eso sería horrible. Sería mejor que te lo dijera en persona. Este tipo de noticias se dan así, en vivo, cara a cara.

¿Me lo dirá? De todo me he enterado por culpa de mi amiga, que no hace más que vivir de las redes sociales. Desde que empezaron a salir, hasta el día de hoy. La primera parte la tomé bastante bien. Sólo me enojé y lloré un par de noches en mi almohada, pero me recuperé creyendo que no sería nada serio. Esta parte... no sé qué sentir al respecto.

- ¿Querrás que te lo diga, cierto?

Lo ignoro. Supongo que es lo correcto. Y tras un espeluznante silencio, mi amiga se atreve a verbalizar la pregunta que más miedo me da:

- ¿Y si se le ocurre invitarte a su boda...?




**No te pierdas la continuación en el próximo "Viernes de Relatos"!!!