Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 19 de agosto de 2016

"Puedes besar a mi ex" 9o. Parte


Viernes de Relatos


Se llama Alfonso, pero todos le dicen Poncho. Tiene mi edad. Es guapo y me encanta su abundante cabello negro. Es más alto que yo y delgado. Es bastante sarcástico y posee un ácido humor. Le encanta la fotografía así que va por todos lados tomando fotos. Ha aceptado ir a la boda conmigo para practicar con su cámara. Dice que un día será el fotógrafo más buscado para capturar los momentos en que la gente se dice sí en el altar. Así que mientras él hace su práctica profesional en el evento, yo me encargaré de presenciar la despedida definitiva de mi historia con Pablo.

Pablo permanece en la incertidumbre pues no hemos contestado a su pregunta. Que siga ignorando quién desesperadamente necesitaba un acompañante. Que siga imaginándose lo que quiera, que lo carcoma la curiosidad... por mi parte, ya tengo pareja para la boda, así que sólo me queda diseñar un look que me haga justicia ese día.

Por eso este viernes he decidido quedarme en casa mirando videos de tutoriales para hacerme el maquillaje que combine con mi vestido color coral y el peinado que mejor le quede al conjunto.

Me imagino ahí, en Cuernavaca, con el calor combatiendo con mi cabello, esponjándolo y deshaciendo lo que he tardado horas en domar. El maquillaje, de no tener cuidado, lo sudaré. Y ni se diga si llevo tacones afilados, me enterraré en cada paso que dé en el pasto. Necesito que todo esté elegido estratégicamente para lucir increíble durante cada segundo que dure la tortura.

Así que miro vídeos de a montón y me concentro en elegir los mejores.

Suena mi celular. Es viernes por la noche, así que tengo la ligera sospecha de quién puede ser...

- Hola Pablo - contesto el teléfono. Ahora recuerdo su duda en el aire que dejé flotando.

Sin planes no tengo mucho qué compartir, así que él lleva la conversación. Me cuenta que ella se ha apoderado de todos los detalles de la organización de la boda. Típico en las mujeres y él sólo asiente de vez en cuando. Eso lo alivia porque al parecer han tenido una riña por no ser capaz de distinguir entre el rosa pastel y el fucsia. Mi risa fingida acompaña lo aparentemente gracioso de su anécdota. No tengo ánimos de hablar con él.

-  ¿Has encontrado a alguien que te acompañe a mi boda? - pregunta en seco. Sin advertencias, sin suavizar su pregunta, sin nada que evite sentir la parálisis de haber sido atrapada.

- Sí - me apresuro a contestar.

- Vaya... qué bien. - se resigna - Supongo que será alguien perfecto para ti.

¿Perfecto? ¡Es un hombre que alzó la mano a una solicitud desesperada en un muro de FB! ¿¿Qué perfección puede poseer?? Este hombre ha perdido sus cabales...

- Mereces estar con alguien que te quiera... - continuó.

¿¿A qué viene todo esto?? Está perdiendo el juicio. Súbitamente me enojo. No puedo con su falta de realidad.

- Sólo me está acompañando a tu boda. Sólo eso. No es mi novio, no es mi pretendiente. Ni siquiera lo conozco. Déjate ese discurso de lástima para luego - le objeto con brusquedad.

- Ya, ya... entiendo. No te enojes. Es sólo que... 

Lo escucho titubear. Descifro inseguridad en sus palabras. Un silencio penetrante se adueña de nosotros dos. Pablo está triste, lo siento en la manera en que se contiene.

- Eres increíble y te dejé ir.

Por un instante una sensación maravillosa y emocionante se apodera de mis nervios, que siento uno a uno encenderse recorriendo toda mi piel. Sin embargo, mi defensiva postura no me permite conmoverme sin razonar que lo que escucho no son más que los miedos prenupciales. Y con nostalgia reconozco que sólo se trata de eso, porque sé bien que la decisión que tomamos no tiene marcha atrás.

Él termina la llamada sin esperar una respuesta de mi parte.

Telefoneo a mi amiga movida por mi ansiedad. Le comparto lo ocurrido y ella sólo se atreve a preguntar:

- ¿Y si no son nervios prenupciales y es la verdad?

Mi ecuanimidad se desvanece ante la diminuta posibilidad. Una lágrima se escapa y resbala por mi mejilla. Me inunda la confusión de la esperanza que sutilmente se asoma. Y la pregunta me acosa inquietante: ¿Será que no debimos decirnos adiós?




**No te pierdas la continuación en el próximo ¡¡Viernes de relatos!!


1 comentario:

  1. A tear rolled down my cheek1 I guess he got what he wants but not what he needs (Cold Play)
    Rafa

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