Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 28 de julio de 2017

"Eres tú, no soy yo" Parte X


Viernes de Relatos

Antonio me ha ganado, llegó primero que yo. Mi plan era que sucediera al revés, para tener tiempo de prepararme y apaciguar los nervios que no me han dejado dormir. Quito de mi dedo el anillo que me delata y lo escondo en mi bolsa. Me acerco a él y se levanta de inmediato de la banquita puesta cerca del kiosco de la plaza donde hemos quedado. Iremos por un helado y pasearemos por los pasillos del jardín.

Estoy completamente emocionada y lo dejo notar sin querer, pues mientras pedimos el helado cometo una sarta de torpezas como temblar para sostener el barquillo que me extiende la señorita y tirar la bola al empujarla de más con la fuerza de mi lengua. Mi bolita de helado cae al piso y Antonio me descubre con una sonrisa compasiva. Se da prisa a pedir otro idéntico al que acabo de desperdiciar. Nota al calce, lo pide en vaso con cucharita. 

Salimos de la heladería y caminamos por ahí, conversando con la misma naturalidad que lo hacíamos cuando estábamos en la universidad. Como si la distancia temporal no hubiera hecho de las suyas. En el resumen de los hechos se marchó al extranjero y en su trabajo logró ascender con tal agilidad y estrategia que pronto se ganó un puesto que le mereció los beneficios económicos que siempre soñó. Por el inicio de un proyecto se le pidió que volviera a la ciudad y ha estado aquí desde hace algún rato. Por fortuna mía él tuvo la iniciativa de aclarar su estado civil: soltero y sin novia. No niego que esto provoca un brinco en mi corazón y que suden mis manos. Me muerdo el labio aguantándome las ganas de cerrar el trato de nunca dejar de salir juntos y disfrutar de ratos como este. Sin embargo, ahora él pregunta por mí. Puedo decirle la verdad o quedarme callada, fingiendo que en esta ventana de tiempo nada puede estropearnos. Lo pienso un par de veces y quiero mentir, pero la verdad es imposible de ocultar cuando mi gesto de decepción le grita la verdad.

- Estás con alguien... lo sospechaba. - concluye.

Me desquebrajo en una lágrima atorada en mi garganta. Meto la mano en la bolsa y esculco los objetos callada hasta que saco de ahí el anillo. Se lo muestro resignada. Él lo toma y lo mira con cuidado y esboza una sonrisa tierna con preocupación mientras dice:

- ¿Por qué lo escondiste? ¿No se supone que debieras estar contenta por ello...?

- Tú lo has dicho... se supone.

- ¿Y entonces?

Me quedo en silencio. No puedo decir ni una palabra. Recuerdo a mi amiga, qué diría ella en este momento. Qué diría Octavio se me mirase ahora. Y más importante ¿qué debo decir yo?

Antonio se acerca más a mí, me desarma sentir sus manos rozando mi rostro. Clava su mirada en mis ojos y nos quedamos quietos un segundo que se prolonga cual largo como la lista de memorias que componen nuestra historia. Entonces me abraza con fuerza y me acurruco en sus brazos. 

No lo quiero soltar. Me niego.


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viernes, 21 de julio de 2017

"Eres tú, no soy yo" Parte IX


Viernes de Relatos


A punto de perder la esperanza, entro en todos mis perfiles de internet. Finalmente encuentro lo que he buscado por semanas: un mensaje de Antonio.

Me levanto de un brinco de la silla y corro a buscar el celular que he dejado dentro de mi bolsa en la otra habitación. Envío un texto a mi amiga y espero sus indicaciones. Escribe de regreso y vuelvo a sentarme frente a la computadora. Inicio un mensaje. Vuelvo a escribir en el celular a mi amiga. Espero su respuesta y copio lo que me ha puesto, tal cual, en el cuerpo del mensaje en la pantalla. Vuelvo a escribir a mi amiga y otra vez copio su respuesta.

Listo. Está escrito, sólo falta dar clic en "enviar".

Me lo pienso un par de veces. Esto significaría tener la oportunidad de reencontrarnos, tocar sus manos, sentir su mirada recorriendo mi sonrisa, aspirar su aroma y sentir la estática que provoca el saberme a centímetros de su cara. 

Le doy clic emocionada.

Repaso su correo mientras me vuelvo loca imaginando el escenario de nuestra reunión. Me dice que está ilusionado de verme, que ha estado en México desde hace tiempo y que le da gusto estar en contacto conmigo. Remembra nuestra historia y le arranca risas. No me da detalles de su vida, no me molesta, yo tampoco le he dado de la mía. Frente a frente nos contaremos más, con calma. Por ahora lo importante es quedar.

¡Hay un nuevo mensaje!

"Me encanta tu plan. Será un placer verte el próximo viernes para cenar... y disculpa mi tardanza, que he tardado años en dar contigo. Compensaré la omisión, lo prometo".

Con mis codos apoyados en la mesa, hundo mi cara entre mis manos, con una sonrisa tan enorme, que cualquiera insinuaría que estoy enamorada.



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viernes, 14 de julio de 2017

"Eres tú, no soy yo" Parte VIII


Viernes de Relatos

Sin respuesta...

En el calendario quedan cinco meses para la boda. Atiendo lo que me corresponde a mí, sólo a mí, lejos de la presencia de Octavio, quien insiste en buscar recortes o promociones. En este momento, me deshago de esas ideas de ahorro y me dispongo a gastar lo que sea necesario para lucir despampanante el día de mi boda. 

- Ese vestido te queda increíble - dice mi amiga mientras salgo del vestidor. La modista se acerca para contarme los pormenores de elegir dicho vestido y los ajustes que se tendrían que hacer.

- ¿Crees que este sea mi vestido? - pregunto un tanto insegura.

- Totalmente - afirma ella mientras me sonrío contentísima - Es una lástima que lo uses para casarte con Octavio - dicho esto mi sonrisa se borra y frunzo el ceño con la intención de soltarle un golpe en la cara. La modista abre los ojos de tremendo tamaño y nos mira a las dos titubeando si debiera apaciguar el enojo que despierta dentro de mí y que mi amiga ni siquiera es capaz de notar. 

 Mi amiga no para de echarme en cara el disgusto que tiene. Ni un día repara sobre lo que dice y continúa con desdén sus discursos que me molestan. Trato de decirle que se detenga, pero no me escucha. Me siento abandonada por mi mejor amiga en esta etapa que se supone debiera ser de alegría y complicidad.

Me quedo callada y bajo la cabeza para mirar el borde de mi vestido, que por milímetros no roza con el suelo. El descubrimiento de tanta tela blanca sobre mí me hace caer en cuenta de lo que estoy haciendo. Me voy a casar. Me voy a casar con Octavio. Un susto repentino me eriza la piel. Busco a mi amiga, a ver si lo ha notado, pero ella está en otro asunto. Está recargada sobre una vitrina que muestra accesorios para el cabello y el velo.

Ahora me miro en el espejo. Aunque mi cabello luce algo desgreñado, y mis zapatos de tacón no son los que usaré en la fiesta; mi imagen convertida en una dulce y romántica novia es la evidencia que obtengo del rumbo que estoy tomando. De pronto me petrifico frente a mi reflejo.

Antonio... si pudieras verme ahora, ¿qué me dirías?



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viernes, 7 de julio de 2017

"Eres tú, no soy yo" Parte VII


Viernes de Relatos

No ha respondido.

Ni un mensaje.

Ni un whatsapp.

Ni un correo.

Nada... estoy a punto de enloquecer. Estoy tan ansiosa que mi mente no está donde debiera estar. Es decir, aquí mismo, repasando la lista de invitados y los detalles que faltan por atender para la boda. Octavio me mira y me acaricia la mano. Estamos sentados los dos, uno junto al otro, en el sillón de su casa, con la mesita de centro repleta de papeles y recibos de pago. Ahora me acaricia el brazo y me deja un beso en el cuello.

- Calma amor, son los nervios prenupciales. Es totalmente normal.

Ni siquiera sospecha lo que me pone así. No le he compartido nada sobre mis ganas de reencontrarme con el pasado. Tal vez debiera, finalmente, se trata de un amigo. No cualquier amigo, mi mejor amigo en la universidad. Tal vez lo recuerde, es muy probable que se lo mencionara a Octavio, debí nombrarlo tranquilamente en alguna charla casual. Sin embargo, no quiero mencionárselo. Quiero que la aventura de regresarlo al presente sea sólo mía. ¿O será otra razón por la que no deseo que se entere de su existencia?

- Amor - insiste Octavio - sé que mueres de nervios, pero necesito tu atención puesta en este presupuesto. Lo estamos rebasando sin querer. ¿Crees que podamos prescindir de los recuerditos? ¿Qué sugieres que recortemos?

No puedo pensar en el presupuesto. Sólo puedo pensar en por qué no me ha contactado Antonio. ¿Estará muy ocupado? Miro mi celular esperando alguna alerta en cualquiera de las tantas vías de comunicación al servicio de la gente actualmente. Y nada... ninguna dice nada.

- Disculpa Octavio. Hoy no estoy para esto.

- ¿Esto? - pregunta indignado él. - ¿Así le llamas a nuestra boda?

Los ánimos se encienden. Si no cuido mis palabras brotará una pelea en este instante. Respiro tranquila y le tomo de la mano a él. 

- Discúlpame tú a mí, amor. Como dices, son los nervios prenupciales.

Le doy un beso en los labios y le miro arrepentida esperando el indulto. Con un beso en los labios suyo me lo concede. Nos abrazamos fuerte y nos envolvemos con cariño olvidando el mal rato.

Antonio... ¿no vas a contestar?


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