Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 7 de julio de 2017

"Eres tú, no soy yo" Parte VII


Viernes de Relatos

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Nada... estoy a punto de enloquecer. Estoy tan ansiosa que mi mente no está donde debiera estar. Es decir, aquí mismo, repasando la lista de invitados y los detalles que faltan por atender para la boda. Octavio me mira y me acaricia la mano. Estamos sentados los dos, uno junto al otro, en el sillón de su casa, con la mesita de centro repleta de papeles y recibos de pago. Ahora me acaricia el brazo y me deja un beso en el cuello.

- Calma amor, son los nervios prenupciales. Es totalmente normal.

Ni siquiera sospecha lo que me pone así. No le he compartido nada sobre mis ganas de reencontrarme con el pasado. Tal vez debiera, finalmente, se trata de un amigo. No cualquier amigo, mi mejor amigo en la universidad. Tal vez lo recuerde, es muy probable que se lo mencionara a Octavio, debí nombrarlo tranquilamente en alguna charla casual. Sin embargo, no quiero mencionárselo. Quiero que la aventura de regresarlo al presente sea sólo mía. ¿O será otra razón por la que no deseo que se entere de su existencia?

- Amor - insiste Octavio - sé que mueres de nervios, pero necesito tu atención puesta en este presupuesto. Lo estamos rebasando sin querer. ¿Crees que podamos prescindir de los recuerditos? ¿Qué sugieres que recortemos?

No puedo pensar en el presupuesto. Sólo puedo pensar en por qué no me ha contactado Antonio. ¿Estará muy ocupado? Miro mi celular esperando alguna alerta en cualquiera de las tantas vías de comunicación al servicio de la gente actualmente. Y nada... ninguna dice nada.

- Disculpa Octavio. Hoy no estoy para esto.

- ¿Esto? - pregunta indignado él. - ¿Así le llamas a nuestra boda?

Los ánimos se encienden. Si no cuido mis palabras brotará una pelea en este instante. Respiro tranquila y le tomo de la mano a él. 

- Discúlpame tú a mí, amor. Como dices, son los nervios prenupciales.

Le doy un beso en los labios y le miro arrepentida esperando el indulto. Con un beso en los labios suyo me lo concede. Nos abrazamos fuerte y nos envolvemos con cariño olvidando el mal rato.

Antonio... ¿no vas a contestar?


**No te pierdas la continuación en el próximo ¡¡Viernes de Relatos!!


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