Frases
Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.
viernes, 24 de julio de 2015
Fíjate en mí (4o. Parte)
Viernes de Relatos
Salió de su entrenamiento. El plan fue ir al cine y luego comer algo por ahí.
- ¿Qué se te antoja? - me preguntó
- Unos tacos
Me miró extrañado. ¿Acaso debí contestar otra cosa? Eso es lo que sinceramente se me antojaba.
- No te llevaré por unos tacos en la primera cita.
- ... pero eso es lo que se me antoja.
Me miró detenidamente para descifrarme. Mi respuesta al parecer salía de todo marco de lugares a los que llevarías a alguien a una primera cita.
- Está bien, tacos serán.
Yo contenta por haber sido escuchada, anoté en la hojita de papel estraza todos los tacos que iba a comerme de una sentada. Él anotó los suyos a lado de los míos. Sentados en unos banquillos acomodados en la banqueta, bajo un foco improvisado y una taquería montada a la intemperie, esperamos nuestra orden. Un joven se acercó a ofrecernos un par de refrescos que sostuvimos en nuestras manos hasta que llegó el botín alimenticio.
Me los devoré gustosa. Amaba los tacos. Su cilantro, su salsa, limón y cebolla. ¡Cebolla! De repente mi antojo fue opacado por la posibilidad. ¿Y si me quiere besar? Rayos... aparté la mirada de mi plato y busqué alguna señal de una menta o chicle o lo que fuera. Nada... Estaba sola con mi suerte.
De repente ya no se me antojaban tanto mis tacos y empecé a esculcar la cebolla, el cilantro y todo lo que pudiera interferir con un feliz desenlace. Él me miró riéndose cuando me atrapó haciendo todo eso. Tenía que explicarme... inventarme algo... ¡qué pena! no se me ocurrió nada y él arrojó una carcajada. Me sonrojé y me quedé callada el resto de la noche.
Llegamos a casa. El color rojo de mi cara se mantenía intenso. Marisol me regañará cuando se entere, lo sé. Me dejó a la puerta de mi casa y yo me dirigí rápidamente a tocar el timbre para dar fin a mi tortura, así me evitaría la pena; pero no conté con que él se adelantó a mis pasos y estratégicamente se detuvo entre el botón y yo.
- La pasé muy bien. Me gustó salir contigo hoy.
- A mí también - dije sin casi separar los labios y muy quedito.
En eso, me miró profundamente y me puse nerviosa. Se me olvidó mi mala idea de comer tacos así y me perdí en sus ojos. Él me contempló por un ratito. Luego, con un gesto que sospeché le inspiró una idea, metió su mano en el bolsillo del pantalón y sacó una caja con chicles. Me la tendió y tomé uno, que llevé de inmediato a mi boca. Lo mastiqué urgentemente esperando que hiciera efecto del siguiente paso, que ya imaginaba que iba a ocurrir. Tenía que haberse aminorado la sensación y el olor.
- Buenas noches - dijo.
- Buenas noches - dije y acomodé los labios, listos para la acción.
Se dio media vuelta y se fue.
**No te pierdas la continuación en el próximo ¡¡¡"Viernes de Relatos"!!!
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