Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 3 de junio de 2016

"Puedes besar a mi ex" 3o. Parte


Viernes de Relatos

Llego veinte minutos antes de la hora acordada. Pido un café que empieza a enfriarse conforme el tiempo transcurre y la espera agota mis nervios.

Imagino que llega cuando veo que alguien atraviesa la puerta. Pego un brinco del susto, pero en vano cuando descifro que la identidad de quien llega no es la de él. Le doy vueltas a mi café con la cuchara, sin beberlo. Cafeína, nervios, sudoración, taquicardia... voy a enloquecer.

Aparece. Es la hora.

Me saluda con un beso en la mejilla, gesto que de golpe me sitúa en mi reciente puesto asignado de exnovia. Me pesa sin querer este repentina dosis de realidad. Luce guapo como siempre y me mira sonriente. Sin duda inspirado por la noticia que va a decirme.

Por un rato Pablo se dedica a hablar de trivialidades y yo le sigo la corriente. No tenemos por qué desvanecer el encanto del reencuentro, como si dos viejos amigos de años se reconocieran luego de años de estar alejados. Sus manías siguen ahí. Sus palabras y frases tan suyas permanecen en el diálogo. No ha cambiado, y aunque añoro lo que se fue, una dulce nostalgia me consuela, porque aunque se fue, no se ha ido del todo.

Finalmente, como la noche le sigue a la tarde y la luna le sigue al sol, el instante de dar la noticia llega.

- Conocí a alguien.

Lo sé todo, pero finjo que no sé nada. Así que le escucho con atención y actuando una mirada sorprendida. Estoy preparada para montar mi gesto de exnovia madura cuando diga lo que nos trajo hasta aquí.

- ¡¡Le propuse matrimonio y aceptó!!

Y acto seguido mi actuación me hizo acreedora a un Oscar de la Academia. Así de simple, la mejor actuación de felicidad del mundo entero. Imposible que sospeche el soponcio que me da. Y me dispongo a dar mi discurso tan ensayado: felicidades, qué emoción, mira nada más, bla bla bla.

- Y lo que más me gustaría es que tú... - ¿qué me va a proponer? No por favor, no - estuvieras ahí en nuestra boda.

Lo preguntó. La pregunta más temida la formuló. ¿Yo en su boda? ¡¡Las ex no asisten a las bodas!! Hay toda una disertación a este respecto. Opino que lo que no fue en tu año, ya no fue, como dice la frase. Por ende, si me quiere en su boda, es como atentar contra las reglas del tiempo y el orden universal de la armonía de las cosas en el tiempo y el espacio. Es como querer viajar en el tiempo y mezclar dos momentos de la historia que no se deben conjuntar. ¡Yo qué debo hacer ahí! Eso de mirarlo casarse con alguien que no fui yo, me pone mal.

- No tienes que decirme que sí, ahora - explica. Supongo que mi cara dice lo asustada que estoy. Mi actuación se ha extinguido. Esta soy yo tal cual. - En verdad quiero que estés ahí. Eres muy importante para mí, siempre lo serás.

- Lo pensaré... - dije sin comprometerme a nada.

El resto del encuentro se dedica a contarme los detalles de la boda: la fecha, el lugar, la comida, la orquesta, el lío del presupuesto y demás cosas que le están llevando a la locura, pero que feliz está dispuesto a manejar.

Vaya, a un año de haber cortado, mi exnovio me ha invitado a su boda.

¿Qué voy a hacer?

Por ahora, sólo quiero dormir y no pensar más.



**No te pierdas la continuación en el próximo: ¡¡¡Viernes de Relatos!!!

1 comentario:

  1. OMG I have sympathy for her I guess it was probably the most awkward moment in her life.

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