Viernes de Relatos
Mi reflejo en el espejo me deja satisfecha. Llevo el cabello y el maquillaje tal cual lo aprendí en el tutorial de youtube. Me ha quedado bastante bien. Mi vestido ceñido y su hermoso color me hacen justicia. Luzco tan genial como una exnovia puede lucir.
Poncho me acompaña. Me deja sujetarlo del brazo como si fuéramos una pareja formal. Con todo su talento consigue ponerme de buen humor aun cuando los recuerdos me abaten. En definitiva, es una excelente compañía.
Todos se disponen a tomar asiento en las filas de sillas que se orientan rigurosamente ordenadas hacia el altar montado en el centro de un jardín. Adornos florales decoran los extremos del pasillo y lazos de tul se sujetan entre unos y otros. Lo mejor es buscar un lugar donde no nos distingamos mucho. Ni muy atrás ni muy adelante. El problema es que ni mi estratégica sugerencia puede evitar que se acerque a mí su mejor amigo, quien atraviesa corriendo el pasillo para pedirme que le siga.
Dejo a Poncho, disculpándome. Él ni se inmuta. Al contrario, parece agradecer el espacio para sacar su cámara y rondar por ahí. Así que le dejo tomando fotografías mientras sigo presurosa al amigo.
La sorpresa que acelera mi corazón es la que me señala este hombre. Ahí está Pablo, dando pasos de un lado a otro, totalmente nervioso y agitado. Me acerco a él y se detiene al descubrirme en su territorio. Quedamos frente a frente, mirándonos. Me toma de la mano y yo lo dejo tomármela.
- Necesitaba verte... - me explica al tiempo que se le ilumina la mirada - No puedo hacer esto sin decirte un par de cosas.
Lo miro curiosa, tratando de adivinar qué dirá. Me toma la otra mano y me siento capturada augurando un anuncio de sinceridad. Comienzo a temblar...
- Tú eres la persona que me hace reír y me hace llorar. La persona con la que sé que puedo contar y me exige ser más. La persona a quien me costó mucho trabajo soltar su mano y la persona por quien por poco no ocurre este día. Comprendo y acepto que no eres la mujer de mi vida, pero no puedo aceptar que no seas mi amiga. Y por esto te agradezco que pese a todo estés hoy aquí conmigo, porque aunque lo nuestro no se trate de amarnos con pasión, te aseguro que se trata de un profundo cariño de corazón.
Me abraza y lo abrazo y nos quedamos así un rato. Hasta que su amigo le toca el hombro para llamarlo. Hace caso y advierte que ya va. Él me concede una sonrisa más. No hay necesidad de que yo hable. Lo quiero y él lo sabe. Se aleja calmado, sin prisa, vistiendo ese traje que le arma perfecto.
La ceremonia comienza y me quedo de pie, atrás de toda la concurrencia. Desde aquí nadie me observa y me pierdo en el fondo del paisaje. Todas las miradas están puestas en la novia que inicia su marcha hacia el altar sujetada del brazo de su padre. Estoy tranquila y contenta, tanto, que en mi mente suspiro en silencio "Anda y ve, puedes besar a mi ex".
- La boda estuvo linda y la fiesta, divertida - le comparto a mi amiga. Y con el fin de evidenciarle cada parte de mi historia, le muestro finalmente la última foto de Pablo y yo juntos. Resulta que mientras él y yo hablábamos antes de la boda, Poncho me siguió y usó su cámara para fotografiar nuestra escena. ¡Vaya que tiene talento el hombre! Esa foto inmortalizó espléndidamente nuestro nostálgico abrazo. El último que nos daríamos antes de dejarnos ir para siempre.
Y con ese recuerdo atesoro la despedida más dulce que he tenido de un exnovio, pero a la vez, atesoro el recuerdo de un amigo a quien jamás perderé.
FIN
********
wow the script is wonderful i pictured every scene of your story they really love each other.
ResponderEliminarRafa