Viernes de Relatos
Cuenta una leyenda, que corre silenciosa de los labios de una jovencita enamorada a otra, que existe un secreto que los hombres no conocen. La leyenda resguarda una respuesta para los corazones agotados por la ilusión de estar eternamente enamorados. Lo que oculta se revela al pasar de un corazón a otro, de aquel que ya ha descubierto la verdad a aquel que muerto por la curiosidad y exaltación de ser correspondido, escucha atentamente el sutil mensaje. Cuenta la leyenda que aquel que posee el secreto y se atreve a ejecutarlo, jamás ha sido engañado; que le arrebata la máscara a las situaciones más enmarañadas y que la responsabilidad de tener frente a sus ojos lo que buscaba ver, ha petrificado a más de uno.
- Es un poder que a veces no quisieras tener en la palma de tu mano - advirtió una mujer a otra. La primera tendría alrededor de treinta y cinco años de edad, alta y delgada, con cabello ondulado a la altura de su hombro. Jugaba con uno de sus mechones mientras miraba entristecida la taza de café frente a ella. La segunda tendría veinticinco. Su rostro alegre aún mantenía una clara fantasía iluminando su mirada. Sus manos sostenían nerviosas su taza, que llevaba a su boca para sorber el té.
- ¿Pero funciona? - insistió inquieta en preguntar la segunda - ¿De verdad podré saber lo que siente por mí?
- No has escuchado lo que he dicho... no quieres ese poder - aseveró la primera suspirando y echando su espalda al respaldo de su silla. - La gente cree que quiere saber la verdad, pero no es así. La busca en todas partes y pregona que eso quiere, pero cuando la tiene en la cara, y le golpea con fuerza tal cual es... corre o finge que no la ha visto. La gente prefiere vivir sus mentiras, porque la mentira es una historia endulzada hecha a la medida.
- Yo no quiero vivir una mentira... quiero saber la verdad. ¡Quiero saber si él gusta de mí..! - ella justificó inocentemente, rogando con sus pupilas tintineando, que le fuera compartido el secreto.
- Bah... no sólo sabrías si "le gustas", como dices tú, incluso sabrías qué tipo de hombre es...
La mayor observó con cuidado a la más chica. Repasándola en todos sus detalles. Vestía unos pantalones de mezclilla ajustados, unas tiernas zapatillas de tacón con una flor rosa decorando su punta. Su blusa holgada blanca conseguía contornear su figura, decorada con un collar de plata colgando de su cuello. El cabello largo y castaño recogido en una coleta perfectamente peinada. Su atributo más radiante: una sonrisa cautivadora abanicada por unas largas y tupidas pestañas. Entonces ella le arrojó un gesto de despecho y le soltó una frase que odiaba escuchar:
- Eres tan joven... realmente no sabes nada de la vida.
Dicho esto, se levantó de su asiento y se dispuso a marcharse, sentenciando que se llevaría el secreto consigo.
**No te pierdas la continuación el próximo viernes en ¡¡Viernes de Relatos!!
Who hasn’t dream of having the ability that allows you to foreseen your future but as the story addresses not every body is ready to face up the truth.
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