Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 21 de octubre de 2016

"Ya no somos novios" 4o. Parte


Viernes de Relatos


Me la he pasado revisando todas las fotografías que hay en sus álbums en Facebook. No he encontrado nada. En ninguna fotografía aparece alguien similar a la mujer que vimos con él en el bar.

Su imagen la tengo tan nítida en mi memoria, que si vuelvo a verla en vivo puedo reconocerla sin ninguna dificultad. Incluso puedo dar un retrato hablado de ella: cabello ondulado largo color castaño claro, pómulos prominentes y labios delgados. Una mirada rodeada de largas pestañas tupidas. Unos ojos grandes y unas orejas escondidas tras el revolotear de sus ondas del cabello. La nariz delgada pero resaltando su cara. Un maquillaje excesivo que cubre todas las imperfecciones y favorece sus rasgos buenos. El vestido... el vestido con un escote discreto que dice todo sin decir nada, y para no interrumpir lo que debe decir, ningún accesorio al cuello, sólo aretes.

Elena aceptó que nos fuéramos enseguida apenas los descubrimos. Se portó de maravilla conmigo, pero me siento mal de haberle arruinado el plan. Por eso es que hoy cuando me pidió que saliéramos, acepté sin chistar. Sólo le he pedido que prometa que no iremos a aquel sitio, que no quiero que la casualidad vuelva a ponerlo frente a mí.

Aún me duele. Sin razones para persuadirme de que ha sido lo mejor me resulta más difícil el olvido. Terca mi razón exige un argumento lógico, pero no lo tengo. Tal vez si me aferro a la idea de otra mujer pueda soltarlo. ¿Me habrá engañado con ella? Tal vez una vez que cortamos apareció en su vida y todo ha salido puntualmente conveniente. No lo sé... Debería averiguarlo, pero Elena ya se enterará, porque si algo ha hecho esta semana, es ser mi emisaria misteriosa. Ella tiene la misión de averiguarlo.

Y hoy me contará sobre sus descubrimientos.... casualmente.

Así que allá vamos, caminando hacia una cafetería para tomarnos un café y una rebanada de pastel que cumpla con la dosis de azúcar necesaria en mi vida para no deprimirme.

- Entonces Elena, ¿cómo estuvo tu semana, cómo te ha ido? - le pregunto disimuladamente para que no sospeche mi ansiedad por información específica, pero ella es muy perspicaz.

- No te importa cómo me fue... tú quieres saber qué averigüé...

Atrapada en el acto, le sonrío y bebo un trago del café, sosteniendo la taza con ambas manos. Mis ojos derraman curiosidad y los lee sobre el borde de la porcelana.

- ¡Mueres por saber! Tal vez me divierta haciéndote sufrir.

- Ni se te ocurra Elena - la amenazo.

- Está bien... te contaré. De todos modos no puedo con las ganas de compartirte mis hallazgos. La verdad es bastante...

- Continúa - le ruego.

- ... te vas a ir de espaldas. Jamás vas a creer quién es ella.

Siento que mi corazón se paraliza.




**No te pierdas la continuación en el próximo ¡¡Viernes de Relatos!!"


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