Frases
Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.
viernes, 5 de junio de 2015
Misión: no enamorame (14o. Parte)
Viernes de Relatos
En ese momento, Gerardo entreteje una historia que difícilmente soy capaz de creer. Cada palabra hilvana una lágrima en mis ojos y provoca tensión en mi puño oculto bajo la mesa. Una explosión de emociones me tortura y hace añicos mi corazón.
¡Ya no quiero escuchar más!
Me levanto de la silla con un giro torpe. Necesito salir de ahí. No me importa dejar a Gerardo frente a mi silla vacía, tampoco me importa que me llame de un grito esperando que regrese sobre mis pasos. El sol aún no se ha puesto y brilla esplendorosamente en el cielo. Las personas a mi alrededor disfrutan de la tarde del viernes. Yo no encajo en esta alegre escena, me incomoda sobre manera no ser parte de eso. Me siento rechazada por el ánimo jubiloso de la gente y eso me hace enfurecer aún más. ¡Puras mentiras, pura falsedad!
Doy con un parque en medio de la ciudad. Encuentro una banca sola y me siento en ella. Me echo a llorar desesperada. La historia que me contó Gerardo suena lógica; no me está engañando.
Gerardo entró a la empresa gracias a Eduardo. Él fue quien lo recomendó en un acto desesperado que sólo se explica mediante su intención de que fuera alguien conocido el que se quedara con el puesto, si es que él no iba a quedárselo. Supongo que sospechó que teniendo un aliado después podría tener una oportunidad de un ascenso. Gerardo rápidamente se apoderó de la situación como siempre lo ha hecho. Y con sus encantos fácilmente sorprendió a unos cuantos y a otras tantas. Entre ellas, la chica de recepción: Carmen, a quien hasta ahora he podido llamar por su nombre. Carmen era el sueño imposible de Eduardo desde hacía mucho tiempo. Le había querido invitar a salir, pero su timidez se lo impedía. Se quedaba hasta muy tarde en el trabajo, esperanzado de que al no haber testigos ni nadie presenciando su torpeza, un día se animaría a invitarla a salir. Si ella aceptaba o no, la consecuencia ocurriría sin testigos. Claro que nunca se animó. Gerardo, enterado de esto y entrado en la carrera de demostrar su valía y devorarse lo que Eduardo no probaba, se le adelantó. Entonces Gerardo se hizo novio de Carmen en un santiamén.
- ¿Cómo encajo yo en toda esta historia? - recuerdo que pregunté con el alma pendiendo de un hilo.
- Tú me gustas de verdad - confesó Gerardo.
Eduardo se fastidió de vivir bajo su sombra y poco a poco dio los pasos que le acercaron a mí. Ocupado su contrincante con Carmen, tenía el camino libre para intentarlo y arrebatarle algo. Yo le abrí la puerta a regañadientes, pero lo hice y finalmente, me enamoré de él. Gerardo se molestó porque Eduardo ganó la disputa esta vez, y se proclamó ganador de esta partida.
- ¿Entonces no le gusto? ¿Soy como un premio para él? - Lloré desengañada.
- Te digo que no te conviene. - aseveró.
El parque está atiborrado de niños y parejas paseando de un lado a otro. Mi llanto no va con este sitio y si acaso me perciben, hacen como que no existo para no tener que lidiar con la tristeza de una extraña. Vaya que la estoy pasando mal. No lo soporto. Jugaron conmigo, fui el premio de la batalla entre dos patanes. Al repasar la historia desde sus inicios me cuestiono cómo no fui capaz de atender las pistas y resolver el misterio antes de que el desenlace me condujera a este momento. La impotencia de no haberlo previsto me enloquece. Si fuera más lista, si fuera más mala, tal vez algo hubiera hecho. Si hubiera permanecido fiel a mi misión de no enamorarme, no estaría aquí desconsolada y abandonada con mi corazón roto por enésima ocasión.
Lloro hasta que el cansancio me impide llorar más. Mis ojos secos arden y me resulta difícil respirar. Tengo que volver a mi guarida, mi hogar. Tengo que esconderme de esta realidad. No quiero volver el lunes a trabajar. No quiero ser el tema principal de las pláticas en el pasillo.
¡Maldita sea, pude haberlo prevenido!
¿Acaso jamás podré enamorarme sin sentir este desgarre que me asesina en el pecho?
**No te pierdas la continuación en el próximo: ¡¡Viernes de Relatos!!
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