Curioso, pero no todos están dispuestos a dar todo por algo.
Si alguna vez te has detenido en el camino que andas para mirar atrás, tal vez sientas que lo que has hecho cualquier hubiera podido hacerlo. Porque tú has visto las claves para lograrlo, te has esforzado y te has encargado de hacerlo posible a base de esfuerzo y dedicación.
De repente, en una humilde percepción de tu logro, crees que cualquier lo hubiera hecho, pero ¿sabes? No es así. Porque si fuera fácil, todos lo harían y... la verdad es que no es así. No todos están dispuestos a pagar el precio que se pide a cambio.
Es real. No es popular sudarse todo por un sueño, es decir, no es una práctica común. Y no por imposible, sino porque de algún modo, lo que sí es fácil, es quedarse cómodamente donde sea que uno esté. Levantarse y ser aguerrido para perseguir una idea, es cosa de pocos.
Vamos, que la decisión en realidad siempre es de uno mismo. Puedes decidir ir tras ello o no. Puedes quedarte donde estás o puedes ir más lejos. Lo mejor de todo esto, es que tú lo decides y nadie más; y por ello, sea cualquiera de las dos cosas, has de estar convencido de ello.
Pero... ¿no sería genial retarte a ti mismo y vencerte? Ese gusto y satisfacción, tal vez lo valen. Puede ser, sino, qué caso tendría pasar por todo el esfuerzo, trabajo y voluntad que requiere. Por tanto que das, tanto también has de recibir. ¿O no?
La invitación de la semana: Haz lo difícil, no lo fácil. Porque como hemos dicho, en lo difícil está lo que realmente vale la pena.
¡Que tengan un lindo inicio de semana!
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