Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


domingo, 6 de diciembre de 2015

Corazón VS Razón

"Enamórate con la cabeza" me dijo alguien una vez.

Es interesante que este dilema persista pese a toda experiencia, consejo y explicación. De algún modo, no logramos congeniarlas. Y es que si usamos nuestra cabeza: ¡qué frío eres! ¡qué insensible! Y es que si usamos nuestro corazón: ¡si lo veías venir! ¡era más que obvio! ¡siendo tan inteligente!

Las decisiones que tomamos nos sorprenden, pues de algún modo se ven más cargadas por uno o por otro, por el corazón o por la razón.

En líos del amor, el corazón parece ser el que reina. En líos de la vida cotidiana (parece que en todo lo demás de la vida) impera la razón. Al menos lo usual es que suceda esto. Enamorarse implica por default esa descarga de sentimientos que nublan la razón. Mientras que decidir qué ruta tomar para evitar el tráfico una mañana de lunes, requiere más de la razón.

No es que una cosa esté peleada con la otra. A lo que voy, es a lo gracioso que puede resultar el desequilibrio. De hecho, este desbalance es el que provoca las historias más increíbles y asombrosas de la vida. Como por ejemplo, esas anécdotas que te sientas a contar con tus amigos más entrañables, donde al fin confiesas las reflexiones que haces tras "cortar con tu ex". Te percatas en la narración, que las señales razonables eran vastas, pero por seguir a tu corazón seguías ahí. ¡Aceptaste locuras y desdenes irracionales "por amor"! Aún cuando sabías que la otra persona no te quería: tú permanecías ahí esperanzado. Y aún cuando sabes que la relación no irá a ningún lado, ahí estás, pendiente y en vela por si cambia de parecer.

La razón es la que te dice en ese vistazo al pasado: ¿pero qué te ha pasado, en qué pensabas? Y el corazón le contesta: En nada, sólo estaba enamorado.

Tal vez deberían hablarse más seguido el corazón y la razón, para ser aliadas y no contrincantes. La sabiduría de una, aminora la ignorancia de la otra; y la pasión de una, aminora la lógica de la otra. No creo que sea asunto fácil, pero definitivamente, realizable. ¡Que para algo se nos dio inteligencia y corazón!

La invitación de la semana: ¿En qué momentos haces caso a tu corazón? ¿En qué momentos haces caso a tu razón?  Y recuerda, no importa cuánto te equivoques haciéndole caso a una u otra. Lo importante es que no dejes de disfrutar tus errores y aprender de ellos. Que finalmente, de eso está hecha la vida: de geniales anécdotas impregnadas de divertidas equivocaciones.

¡¡Que tengan un lindo inicio de semana!!



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