Frases
Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.
domingo, 11 de enero de 2015
El momento
¿Te ha pasado que después de un rato de haber estado con alguien, repasas la escena y te asalta la idea de haber podido decir algo que hubiera sido muy ah doc para el momento?
Sí, suele pasar.
En la película "Tienes un e-mail" hacen referencia a eso. Kathleen al fin logra decir lo que quiere decir en el momento que debe decirlo cuando se encuentra con Joe en la cafetería. Luego de ese encuentro, el amigo virtual a quien se lo cuenta vía mail le advierte que tiene sus riesgos decir lo que quieres decir en el momento en que debes decirlo por aquello de los efectos que tiene en el otro haberlo hecho.
Y en realidad tienen razón. De repente hay veces en la vida en que sentimos que tal vez debimos haber dicho algo que hubiera quedado mejor en el momento. Una frase que callaba el arrebato de argumentos, una frase que lograra dejar en silencio al otro, una palabra que hubiera cambiado el curso de los hechos... de haber hablado, sería todo diferente.
Claro que en ese momento no se nos ocurre. Estamos tan enganchados en los ánimos encendidos de la situación que dentro de nuestra cabeza sólo brotan ideas que pretenden reaccionar rápidamente al diálogo que se suscita. Realmente no son tan pensadas, sino más bien escupidas. Y algunas veces hasta lamentamos no habernos callado. En esos casos, más bien hubiéramos querido no hablar.
Y no forzosamente ocurre esto en momentos de discusión. Ocurre cuando charlas con alguien y en vez de estar presente con todo tu ser en lo que sucede, estás adelantando palabras en tu cabeza o filtrando todas con un análisis cauteloso que no te deja estar simplemente en la conversación.
Creo que la recomendación para que esto de "no decir lo que querías" en el momento justo pase, es estar "Aquí y ahora" y conectar con el otro en calma y serenidad. Sí, cuando estás realmente escuchando a la otra persona, fluyendo con todo lo que eres en lo que está pasando en ese instante, es más fácil ser asertivo al hablar. No te callas lo que debes decir y no dices lo que debes callar. Armónicamente respondes a los diálogos y tus palabras dichas encuentran su sitio en el hilo de frases que fluyen en el aire. De alguna manera las emociones se acomodan y tampoco estorban, lo que te permite tener más clara la situación. Puedes responder adecuadamente y así no quedarte luego repensando las alternativas del "hubiera".
Todo lo que nos ahorraríamos...
Así que esta semana, antes de hablar, no pienses. Mejor siente y disponte a vivir en el aquí y ahora. No divagues, no le des vuelta a tus palabras, siente al otro y conecta con él. Mantente presente en lo que ocurre y con calma, permítete estar ahí al 100%. Así detectarás el momento de decir y callar. Y si eres fiel a lo que sientes y eres, tus palabras hablarán de ti. Así no habrá qué lamentar.
¡¡Disfruta la semana!!
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