Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


domingo, 1 de febrero de 2015

Las cosas no son lo que parecen


¿Les ha pasado que de repente se cuentan historias sobre lo que les pasa en la vida?

Es curioso lo geniales que somos para contarnos historias alrededor de las verdades que nos presenta la vida. Es como si lo que nos ocurriera fuera siempre interpretativo. Permítanme explicarme...

Resulta que cuando somos adultos las cosas dejan de ser lo que parecen. Y esto parece estropear varios asuntos de la vida. Por ejemplo, para entender esto mejor, recordemos que cuando somos niños nuestro pensamiento es mucho más simple. Lo que es... es. Recuerdo haber leído que si a un niño pequeño, de los que cursan eso que conocemos como Preescolar, le pusieras en frente a dos niños y le preguntaras quién es mayor; el pequeño contestaría sin titubear: el que es más alto. Sí porque si eres más grande físicamente, también lo has de ser de edad. Es lo esperado, ¿no? Pero los adultos sabemos que no. Necesitamos más información, un dato más certero para poder contestar a esa pregunta. Algo más preciso, porque sabemos algo que ese pequeño no: Las cosas no son lo que parecen.

Y bajo este postulado, abrimos la oportunidad a las interpretaciones sobre lo que vemos, vivimos, sentimos... y nos concedemos contarnos historias a nuestro gusto. Sí, porque creemos que todo tiene un mensaje oculto, cifrado, que nos da esperanza o nos la quita según nuestra más primitiva necesidad.

Por eso cuando alguien te dice: no. Piensas... no quiso decir eso, tal vez quería decir otra cosa, pero dijo eso porque lo movió aquello, pero no era su intención decirlo, debe haber algo más... ¡Vaya! Las cosas están sometidas a nuestro análisis y a nuestra necesidad.

Así nos hacemos de muchas historias y cuentos que nos dan esperanzas. Creemos que un "hola" de alguien que nos gusta significa más que un simple saludo. Y en ese momento nos convertimos en novelistas que ya crearon todo un trama que versa en una historia de amor a partir de esas cuatro letras.

Nos gustan las historias y nos gusta creer que las cosas son más de lo que a simple vista son. Y nos entretenemos con ello.

Vaya, el asunto es que esta cualidad nos puede desgastar a veces. Cuando nos percatamos de que simplemente las cosas sí son lo que parecían ser. Simples saludos, simples palabras, simples acontecimientos sin trasfondos... entonces nos desilusionamos. Tal vez convenga de repente remontarnos a ese pensamiento de niños y atrevernos a tomar las cosas como son. ¡Tomar la vida como viene!

Dejarnos de historias inventadas lejanas a la realidad e ir descubriendo lo real poco a poco y sabiamente. Nos ahorraría muchas frustraciones.

Así que... mejor dejarse de las historias y abrir los ojos a lo que es real. Lo que hay en las intenciones nos será revelado. Eso que llenamos con cuentos nuestros, un día nos será contado con la verdad. Así que tampoco hay que estresarse por ello. Es cosa de confiar en que sabremos lo que necesitamos saber, y que vivimos lo que necesitamos vivir.

En esta semana que inicia vivamos y dejemos de pensárnosla tanto. 


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