Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


lunes, 7 de julio de 2014

Genial tener a alguien así


- ¿Y ella te ama? ¿Cómo lo sabes?
- Porque conoce hasta mi peor defecto y no le importa.

Diálogo de la película: Meet Joe Black



Es genial cuando encuentras a alguien con quien puedes ser tú... realmente tú.

Sales de tu casa sin el disfraz que te viste cuando buscas agradar. Tus emociones te las llevas tal cual las has acomodado en el empaque de tu ser. Tus opiniones, tus comentarios, tus pensamientos y tus chistes, los traes contigo y los sacas a la luz cuando mejor te parece. Andas por la calle con el alma descalza, sintiendo lo que tocas y respirando lo que vives. El sol te pega en la cara y si te da la gana sonreír, lo haces; si te da la gana hacer una mueca, la haces. Lo mejor de esto: es hacer lo que eres tú.

Una compañía con la que puedes ser tú plenamente, tal cual eres, con defectos y virtudes, es raro de encontrar. Vaya, a veces con los conocidos hay comentarios que nos guardamos porque sabemos que no simpatizarán con lo que somos. Lo que somos en lo más profundo, lo más recóndito.... nociones tan secretas e íntimas que ni siquiera compartimos con todos. A esa clase de minuciosos detalles que nos conforman son a los que me refiero. Eso que en su totalidad y pequeñez nos hacen únicos. Esos tesoros tan bien guardados que no pregonamos a los cuatro vientos, esos, que sólo algunos comparten con nosotros.

Esas personas con las convivimos íntimamente, despojándonos de nuestras caretas y exponiendo la vulnerabilidad de nuestro corazón, son las personas a las que amamos y con suerte, nos aman de vuelta. Aquellas personas con las que puedes ser tú, con todos tus colores y todos sus matices. Con las que no titubeas en enojarte, gritar, llorar, rezongar, mostrarte débil, encapricharte, indignarte, desaparecerte, correr y exasperarte. Son esas mismas personas con las que ríes a carcajadas, dices tonterías, sonríes con tu sonrisa más amplia, se encienden tus ojos, irradias cariño, brindas consuelo, hablas sobre lo que quieras, juegas, bromeas, disfrutas y gozas. Así con todo lo bueno y lo malo, te aceptan y permanecen a tu lado. No te juzgan y te regalan el mejor obsequio: la libertad de ser tú.

Experimentar esa clase de amor, te lleva a crecer. Por alguna razón, la relación y los lazos que se estrechan no pueden más que ponerte en la cara la responsabilidad que eso conlleva. En el ver por el otro descubres que puedes ser más de lo que tú crees y puedes esforzarte por ser mejor. Ese compromiso no se vierte al revés, no se pretende cambiar al otro para yo poder estar bien. ¿Para qué cambiar al otro si lo aceptas como es? Se trata de crecer uno mismo, y el otro, si está comprometido contigo, crecerá por añadidura.

Los defectos son parte de nosotros mismos. Todos los tenemos. Algunos de nuestros defectos le parecerán insoportables a unos cuantos... pero otros los amarán. Serán capaces de echar una mirada a tu alma y comprender que tu esencia es más maravillosa que los defectos y virtudes que te componen por sí mismos. La aceptación íntegra de lo que eres, es lo que hace que te amen. No tus buenas rachas o tus caídas sin fondo te definen. Eso no: tu esencia, lo que eres realmente.

Eres de esos suertudos si tienes a tu lado a una persona que te ha visto de verdad y decide elegirte.

Es genial tener a alguien así. Si la tienes: atesórala. Si aún no encuentras a alguien así, no te cierres a la posibilidad. Para encontrarla, lo que has de hacer es escuchar a tu corazón, no a tu cabeza. Esa estorba cuando se trata de sentir. El amor se siente, así como la vida. Esto es más que pensar o tener mariposas revoloteando en el estómago. Es más profundo... y es real.

No te cierres a la posibilidad de amar y que te amen.

Como dicen en la película Meet Joe Black, "Stay open, who knows? Lightning could strike"


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