Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


sábado, 12 de julio de 2014

Para reconciliarte contigo mismo


Eso que te pasa cuando corres es lo suficientemente profundo para inspirar historias que terminan escritas en libros. Correr es una actividad que te hace escucharte y contestarte. ¿Después de todo: qué más puedes con tus pensamientos si estás corriendo? Podrías desconectarte de ellos escuchando música, pero sin distractores, correr es una excelente oportunidad para reconciliarte contigo mismo.

En cada paso hay una meta fija. Procuras ir atento al tiempo que correrás, estás consciente de tu peso cayendo sobre tus talones, el movimiento de tus brazos, la respiración y otros elementos que hacen de tu ejercicio una actividad efectiva. Sin embargo, hay un punto en el que si pretendes correr y correr, te quedas a solas con tus pensamientos. Sucede de repente, sin planearlo. Te pillas pensando, cavilando y revisando tus asuntos desde una perspectiva clara en la que los respiras y los dejas ir. Correr te significa metafóricamente la posibilidad de dejarlos atrás en cada exhalación que te hace avanzar, en cada esfuerzo por seguir adelante. No te detienes y sabes que así seguirá tu vida cuando tu carrera concluya: seguirás avanzando.

Si la carrera te ha significado un buen esfuerzo en el que las piernas arden y tu piel suda, te aplaudes por lo que has conseguido. Respiras profundo, sientes el viento golpear tu cara, sientes que te renuevas por dentro y eso pone en perspectiva los problemas. Alcanzas un estado de satisfacción que te concede creer en lo que puedes lograr una vez que vences los obstáculos de la pereza y la desgana. Sabes que puedes hacer lo que te propones si pones en juego tu voluntad. Permanecer en ello requerirá constancia para perseverar.

Esos minutos que dedicas a correr son reconfortantes, te devuelven los ánimos. Te sientes gustosamente cansado y contento. Te sientes bien y entonces te reconcilias contigo mismo. Te quitas las aflicciones y te pones de tu lado. Cuentas contigo otra vez para seguir andando.

Correr es una de tantas cosas que se pueden hacer para sonreír otra vez. Un momento para recomponerte, reintegrarte y gozar de los frutos del esfuerzo.

Correr.... ¡es genial!


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