Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 4 de julio de 2014

Qué fácil es engañarte (7o. Parte) FINAL

Viernes de Relatos

Querido amor:

Estoy cansada. Es viernes y el calendario me reclama que siempre tache este día con el mismo agotamiento. No se despierta ninguna ilusión por verte mañana. Me da lo mismo qué día resulte ser, tu eterna ausencia logró encararme a lo peor de mí misma.

No eres tú por quien escribo esta carta; soy yo la razón. El motivo no me lo has dado tú, me lo ha dado mi propio comportamiento. No tengo nada qué reclamarte pese a tus negativas de vernos, contactarnos, llamarnos o enviarnos mensaje. Que llame al viento por tu nombre y no escuche más que su eco incesante, no es lo que pone este lápiz en mi mano. Esto no es un último reclamo por no dejarte encontrar, lo hago por mí.

Cada viernes esperé que llegaras. Mi paciencia se agotó y quebranté lo que tenemos. Aún ignoro qué haces este día, pero sé bien qué hago yo, y es a eso a lo que apelo para escribirte hoy.

En viernes, te espero impaciente y muerta de ansiedad, como loca recorro cada pasillo de la casa, reviso los muebles y me ahogo en la exasperación de estar encerrada. En viernes, me invento tus historias, descifro tus pretextos y averiguo tus secretos. Todo en vano, inútilmente, tontamente. En viernes, salgo con otro hombre. Sí, eso hago, ¿sabes? Salgo con otro que sacie mi necesidad. Me tropiezo con él en las sombras y en confidencia guarda nuestra complicidad. En silencio grito tu nombre y te imagino en su cara. La culpa me carcome, porque aunque la alimente con venganza, siendo honesta: ¡No tengo evidencia qué vengar!

En viernes, te acoso en la oscuridad. Aguardo fuera de tu puerta, esperando verte llegar. Nunca lo haces, ni siquiera visitas tu casa cuando el viernes está por terminar. La duda me sorprende y me dejo llevar. La falta de respuestas ya no la soporto ni un día más.

No sé qué hagas los viernes y ya me da igual. Te dejo en tu soledad, ya no me pesa tu ausencia.

¡Más de un año viviendo así! Aparentemente, resultó fácil engañarte, pero más fácil fue engañarme a mí. Más de un año me mentí, más de un año lo aguanté. En contra de mi voluntad, por más de un año cedí.

No me engañaré más. Esta vez, buscaré quien me regale sus días viernes y todos los demás.


FIN

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