Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


martes, 22 de julio de 2014

¡Respirar!


Reitero: aprender a respirar es esencial.

Uno de estos días experimenté tremenda ansiedad. Esa que hace que tu corazón lata deprisa y te duela la cabeza. Las manos te sudan y te mareas un poco. Ansiedad de la buena, no de a mentiras.

Cuando ocurre esa sensación es difícil respirar. Precisamente lo primero que le delata es el cambio en la respiración y su ritmo. Recuperarse consiste en respirar otra vez adecuadamente, lo que no es fácil cuando ya estás en el lío. Por eso, para evitarlo, hay que ser consciente siempre de cómo se está respirando, hasta que luego se hace parte de uno mismo y se hace propio.

Las consecuencias de no respirar correctamente y dejarse llevar por la ansiedad (así como puede dominarte alguna otra emoción como el enojo o la euforia) deriva en agotamiento. Se drena tu energía. Si esto te sucede por un período prolongado, te sientes exageradamente cansado. Parte de tu energía radica en la respiración. Con ella te renuevas y limpias lo que te hace daño.

No me cansaré de reiterar la importancia de la respiración. Tal vez no nos percatamos de ella a lo largo de un día cotidiano en el que uno puede estar acostumbrado a la mala respiración... pero si eres consciente de un día de muy mala respiración, notarás los estragos y lo horrible que es no respirar bien. Es como darle una probadita a uno de los extremos malos. Así valoras más los momentos buenos y aspiras a ellos.

Respirar te da energía, te relaja y te pone de buenas. Una respiración adecuada, fluida y profunda. Calmada y natural. Eso es respirar y hace la diferencia en todo.

Ahora: ¿cómo estás respirando?


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