Frases

Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.


viernes, 20 de junio de 2014

Qué fácil es engañarte (5o. Parte)

Viernes de Relatos

Estoy sentada dentro de mi coche, fuera de tu casa. La calle está quieta y vacía. La lluvia me hace de camuflaje al golpear estruendosa contra el parabrisas. Es difícil distinguir si alguien anda en la banqueta o no. El frío penetra desde fuera aunque tenga puesto el aire acondicionado para evitar que las ventanillas se empañen delaten mi ansiosa respiración.

Son las ocho de la noche y no has aparecido. Sería temprano si es que has salido a pasear y divertirte. Seria muy tarde si continúas ocupado en la oficina. ¿Dónde podrás estar? No hay pistas de que estés en casa, lo sé. Tu automóvil no está aparcado en el zaguán ni afuera donde estoy yo, que en mi deseo de confrontarte no he procurado tomar prudente distancia favoreciendo un encuentro.

Mi única compañía es la locutora en la radio que presenta canciones alegres para bailar un viernes por la noche. Las escucho sin moverme ni un ápice, las siento ajenas a mi humor. Sólo me complace la voz que imagino que está dirigiéndose a mí en el afán de entretener mi inútil espera.

Pasan los minutos y la lluvia no cesa. Pese a que ya es de noche, parece hacerse más oscuro que antes. Muevo el asiento hacia atrás para ganarme unos centímetros y estirar mis piernas. No me he movido de mi sitio y presiento que mi espera será más larga todavía.

Son las diez de la noche. No has llegado. Si se trata de tu trabajo, definitivamente querría matarlos de ser tú. ¿Cómo es posible soportar el yugo? Podría comprender la repentina necesidad de unas horas extra de trabajo, pero una rutina que roba tu posibilidad de esparcirte cada semana, la considero impensable. Si se trata de una salida de esparcimiento, no llegarás antes de las doce de la noche. Impensable sería abandonar una fiesta a temprana hora si es que pretendes diversión y desahogar las tensiones acumuladas por tanto trabajo. ¿Por qué no has llegado?

Las canciones del radio empiezan a repetirse. Miro el reloj en el tablero del coche y me percato de que es media noche. ¡Tienes que estar en una fiesta, no hay de otra! ¿O sí? Quisiera buscarlo en su celular, pero sé que seria en vano. Nunca ha tomado una llamada mía este día, no tendría que ser hoy la excepción. Sea lo que sea que esté haciendo, no quiere que le interrumpa, ni que le moleste. ¿Estará con otra?

Las ideas me apuñalan la cabeza. Los vecinos empiezan a llegar uno a uno. Todos parecen regresar a sus casas. Son las dos de la mañana. La lluvia se ha detenido, cualquiera podría notar mi presencia si prestara atención al entorno. Tengo sueño, mucho. Empiezo a cabecear.  Me acurruco en el asiento, quiero dormir un poco. Descansar...

¿Será que no planea llegar a casa?


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por dejar tu comentario! Te leeré así como tú me lees