Frases
Vive cada día de manera tal, que siempre tengas algo interesante que contar --- Lourdes Glez.
lunes, 2 de junio de 2014
Amar puede dar miedo
Dicen que caerse es parte de la vida. Es una metáfora que representa esos aparentes fracasos que invaden nuestras vidas. No nos caemos literalmente al piso, pero las situaciones que nos hacen perder, duelen igual o peor que ese golpe provocado si nuestro cuerpo chocara contra el suelo.
Tener miedo a caer es lo que nos detiene. Sabes que si corres podrías caer. Si te abandonas y te sueltas un poco de esos pasos aferrados llenos de seguridad, existe el riesgo de tropezar. El exceso de cautela y anticipación de lo que no ha sucedido siquiera son tus enemigos, y por no vencerlos, nos podemos perder de sentir la brisa jugando con nuestro cabello y la sensación de completa libertad.
Ese miedo a caer está presente en muchas de nuestras actividades. También lo está al enamorarte. Es común escuchar decir "no me vuelo a enamorar" precisamente por el miedo a volver a caer. Es más, ya metidos en una relación, la posibilidad de presentarnos enteramente vulnerables ante la otra persona nos evoca ese mismo miedo. Tenemos miedo a salir lastimados y amamos midiendo el terreno, sin entregarnos a la experiencia. Las peleas, las discusiones, los malentendidos y todo lo que puede ocasionarnos un disgusto, se sienten como tropezones que nos recuerdan que podemos caer. Libramos a cuenta gotas la caída si recuperamos el equilibrio, pero la idea está ahí, latente.
A veces resulta más sencillo aceptar las caídas de la vida en otros ámbitos. La escuela o el trabajo parecen más fáciles de manejar, pero cuando nuestro corazón y lo que somos está inmerso en el asunto, nuestro instinto de autoprotección no nos deja en paz. Levantarse de esas caídas que golpean directamente al corazón requieren más de nosotros mismos. Capacidad de perdonar, porque usualmente las discusiones más torpes son las que dañan más; y en su torpeza sólo nos recuerdan que necesitamos esforzarnos y aprender a comunicarnos. Perseverancia, porque en la medida que valores lo ocurrido, podrás decidir si la discusión amerita o no abandonar. Y lo más importante, tener claro que si has decidido amar (porque es una decisión que realizas a diario voluntariamente) has de apelar a las razones trascendentales que te llevaron a ello. No por desdén y búsqueda de comodidad se vale claudicar. Amar requiere que te superes día a día sin soltar la mano que has elegido sujetar.
Es difícil no caer. La vida está hecha para que caigas y te levantes. De otro modo: no podrías forjar todo tu potencial. Ser quien puedes ser. Sólo se descubre eso en el fracaso, no en el éxito. Así en el amor: tienes que caerte y levantarte, para descubrir que cada vez que lo haces quedas más cercano e íntimamente unido al otro. Si verdaderamente amas descubres que las caídas son para acercarse, no para alejarse.
Por eso "amar" no es algo que brota de un sentimiento bonito y una sensación curiosa en el estómago; pues requiere de todo lo que eres. Te pone a prueba y te hará crecer. Tú eliges a quién amar y por quién harás todo lo que esto implica. Necesitas un corazón grande y mucho trabajo personal de tu parte.
Elige bien... elige bien, para que honres tus palabras si alguna vez dices: "Te amo".
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