Los líderes sobresalientes salen de su camino para potenciar el autoestima de su personal. Si las personas creen en sí mismas, es increíble lo que pueden lograr.
Sam Walton, fundador de Walmart y Sam's Club
Soyentrepreneur.com Recuperado de: http://www.soyentrepreneur.com/25148-10-grandes-frases-de-liderazgo.html con fecha de 5 de junio de 2014
Estar en una posición de alta jerarquía en un sitio que requiere de ti para conducirse exige mucho trabajo personal. Tus palabras son escuchadas en la medida en que son congruentes con lo que tú haces. La confianza se construye a partir de las certezas y coherencias que brindas a las personas. Tu liderazgo se ejercita en función a cuánto te atreves a creer en tu tarea y en la gente que te rodea. Tu autoridad se gana, no con gritos y aspavientos, sino con integridad personal.
Tener un grupo de personas a las que sólo tratas de obligar a actuar no trasciende ni transforma. Aquellos que recurren al escarmiento y a infundir el terror minimizando al otro, no consiguen consolidar los valores que perduran y ayudan a crecer a las personas.
Eres tan grande como lo es tu equipo, y precisamente en esa mirada yace uno de los secretos de ser líder.
Para potencializar las aptitudes de las personas que son responsabilidad tuya, es necesario que seas capaz de observar, escuchar y dialogar. Tus ojos debes afinarlos para detectar las virtudes y defectos. Debes aprender a escuchar lo que te es dicho y lo que es callado; y sobre todo, aprender a pronunciar palabras atinadas, precisas, claras y contundentes al momento de comunicarte.
Inspirar a los demás a hacer lo suyo tiene que ver en buena parte en cómo te manejas tú mismo. Predicar con el ejemplo arrastra, como se dice popularmente. Estás a la vista de todos, tal cual eres. Enseñas con tu presencia y modo de conducirte una alternativa de comportamiento. Por ello, lo conveniente es que seas tú quien guarde la calma, promueva un ambiente de respeto, demuestre esfuerzo y dedicación en todo lo que hace, no reaccione visceralmente ante los problemas y tenga la objetividad para tomar decisiones acertadas. Que seas capaz de no tomarte a personal lo que ocurre y las retroalimentaciones negativas, que no enciendas las luces de tu aparador y protagonismo, sino que sean los demás los que las encienden debido a que ellos reconocen tu liderazgo.
Ser coherente en todo momento, no quebrarse. Tener claro qué quieres y tras de qué vas. Y tal vez, lo más importante, tener claro a qué sirves tú. Comprender que lo que haces es por una razón más grande que tu propio ego. Dimensionar que tus talentos y los de otros se ponen al servicio de algo más grande: eso por lo que tú te desvives y trabajas cada día.
Si en ello eres coherente contigo mismo, lograrás inspirar a que otros lo sean también.
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